Guadalupe cuenta con sencillos balnearios como es el caso de la "Barranca", "Playa Chica", "Las Cruces", "La Bocana", con sus arenas y aguas limpias, soleadas, a no más de una hora del pueblo, en verano se vuelven corazones de esparcimiento y regocijo para niños y adultos, foráneos y lugareños., en temporadas de verano, enero y febrero muchas familias descansan en sus llamados ranchos en su gran mayoría “La Barranca”, el mes de marzo la concurrida masivamente es “La Bocana” y ni que hablar en Semana Santa, La Bocana Beach se convierte en la favorita de Guadalupanos y amigos visitantes.
Los sitios arqueológicos de "Pakatnamú", "Farfán", "Caracoles", "Singán”, mudamente atestiguan la historia prehispánica. “Omnep”, “Anlape”, guardan la historia del sincretismo cultural acaecido tras la llegada de los españoles. "El Cerrito de la Virgen", "El Complejo Arquitectónico de San Agustín", Museo Albujar y Guarniz, "El Arco", "El Mausoleo, El Monumento", testimonian el ejemplar acto heroico practicado por dos jóvenes guadalupanos, y uno jequetepecano, durante la guerra del pacífico; y el descomunal desfile, en honor a éstos, que se realiza todos los 28 de octubre, dan cuenta del fervor patriótico guadalupano. Las casonas coloniales, hablan del arte arquitectónico que nos legaron los españoles.
La celebración de nuestro aniversario en abril, La coronación de nuestra madre Santísima La Virgen de Guadalupe en el mes de Junio, Tributo a nuestros Héroes en el mes de octubre, "La Feria y Romería de la Virgen de Guadalupe", testimonian la arraigada tradición religiosa, concursos de marinera, concurso de "Las Vacas Locas", "La Quema de Troncos", "Los Mamarrachos", "Las Viudas", "Los Pastores", "Los Nacimientos", son expresiones tradicionales de una tierra mariana clavada en el corazón del Valle del Jequetepeque.
Sin lugar a dudas que nuestra feria es la más concurrida en el Norte peruano, muchas ciudades han tratado de imitar nuestra fiesta religiosa, pero aún no logran igualar una fiesta que año tras año se renueva, aqui han llegado todo tipo de personalidades, politicos y personas devotas quienes llegan a agradecer a nuestra Santisima Virgenden de Guadalupe.
Todo visitante a nuestra tierra nunca deja de saborear el riquísimo Sándwich de Pavo, usted lo puedes disfrutar en Restaurant Velásquez, El Percal, Nuevo Triunfo y Don Carlos, si de ceviches y marisco se trata, fácil para comer lifes y camarones, allí esta don “Arana” y el “Profe Briceño”, Mariscos tiene Mi Rico Mar, Profe Carlos y Chino Marino, ceviche de calidad con su chicha pura, le recomendamos ir a cevicheria de don Julio y si de relax y buen ambiente para tonear con la mancha vaya a Discoteca “Doña Juerga y Don Botija”, si quiere descansar le recomendamos “Hotel Roma” y “El Bosque”, también contamos con abundantes hostales si de economizar se trata.
Guadalupe, yace rodeado de fértiles campos de sembrío, donde se cosecha uno de los mejores arroces del Perú; en estos campos se yerguen, cual lunares, los asentamientos humanos como Semán, La Calera, Limoncarro... los mismos que le inyectan vida y dinamismo. Su clima variado y exquisito, es regulado por la hilera de cerros que se levanta majestuosamente entre él y el océano pacífico.
Si bien se ha vuelto tradicional llamarle "La Cuatricentenaria Ciudad de Guadalupe", en clara alusión a su fundación y ascendencia española. Es necesario aclarar a las nuevas generaciones que la fundación española no creó, ni inventó al hombre guadalupano; el vivía aquí desde hace milenios arropado con sus propias tradiciones y costumbres como una comunidad de indios. Ella fue un "acto de creación formal" de un pueblo preexistente, ante la "corona española". Esta "nueva" comunidad de indios, junto con los Padres Agustinos, es el que se asentaría en Anlape, en las faldas del cerro Namul, y constituirían lo que hoy se le conoce como "el viejo Guadalupe". Es en memoria y tributo, a estos abuelos prehispánicos víctimas del olvido de sus propios nietos, que yo aquí cariñosamente exclamo: "Guadalupe, tierra milenaria".
...!!!!Bienvenidos a Guadalupe!!!!...
Escrito Por:
Raúl Terán Ulfe
Aportes Bibliograficos:
Robert Jara.
Fotos:
Victor Verastegui Goicochea